La técnica japonesa para ayudarte a combatir el estrés

Es uno de los países del mundo con tasas más altas de ansiedad y sus ciudadanos no suelen expresar sus sentimientos, pero esta sorprendente terapia intenta luchar contra ello

Según los estudios, el 42% de los españoles sufre estrés, no solamente en el plano laboral, sino de manera constante. Con la pandemia de coronavirus esto se ha agravado, pues sin ir más lejos los análisis apuntan que los dolores de cabeza fueron mucho más frecuentes durante esta primavera que durante la pasada de 2019. Por supuesto, no se trata de un problema que solo afecte a nuestro país sino de una epidemia global causada por la rutina y el estilo de vida que llevamos.

También se dice que Japón lidera las tasas de países con niveles más altos de estrés. El país del sol naciente tiene hasta unas palabras para hablar de la muerte por estrés laboral: karoshi. Desde 1987 el Ministerio de Sanidad japonés tiene registrado este término debido al aumento de la tasa de mortalidad por complicaciones (derrames cerebrales o ataques al corazón) derivadas del exceso de trabajo y el estrés laboral.

 

En un discurso de radio de 1945 el emperador Hirohito llamó a los japoneses a “soportar lo insoportable”

 

Quizá por eso, necesitan terapias de choque para frenar uno de los problemas más importantes del siglo XXI. En más de una ocasión hemos hablado de las gatotecas y los dog cafés, cafeterías donde aquellas personas amantes de canes y felinos pueden acariciar a las mascotas (e incluso adoptarlas) mientras se toman un café. A España han llegado iniciativas parecidas, en Madrid, en la calle Argumosa, abrió en 2013 sus puertas una cafetería de gatos; La idea es acudir al lugar y, mientras tomas un café, disfrutar de los felinos que se pasean por el local para como (según indica la propia página): “Desmitificar falsa información sobre la figura del gato y su carácter”.

De la misma manera, si prefieres a los perros, hasta hace muy poco podías encontrar un dog café en la calle de los Mesejos 14 de Madrid (con próximas aperturas en Barcelona, Valencia y Málaga), con un procedimiento bastante similar al de la gatoteca: incluye dos cafés, dos cervezas o una degustación de cinco cervezas artesanales además de una carta 100% vegetariana a prácticamente cualquier hora del día, mientras pasas un rato con los cachorros e incluso les das un nuevo hogar.

 

El país del sol naciente tiene hasta unas palabras para hablar de la muerte por estrés laboral: karoshi

 

Pero aunque los japoneses hayan patentado aquello de acariciar a un animal para curar la soledad o el estrés, hay una terapia que probablemente te maraville y que, sin embargo, está cobrando cada vez mayor fuerza en el país nipón: ‘Rui katsu’, la terapia de llorar. Japón es un país que no suele mostrar sus sentimientos, colectivista y en el que prima el bien del grupo frente al del individuo. Recordemos que en un discurso de radio de 1945 realizado por el emperador Hirohito, (que luego se llegó a considerar algo así como una deidad viviente) llamó a los japoneses a “soportar lo insoportable y sufrir lo que no es soportable” mientras la nación se preparaba para la humillación de la rendición incondicional y el colapso económico al final de la Segunda Guerra Mundial. Es un rasgo de carácter en un país en el que desde pequeños se enseña a los niños que ‘Nana korobi ya oki’ o ‘siete veces te caes, ocho te levantas’.

 

Sin embargo, para aquellos que no tienen fuerza para levantarse, quizá esté pensado este ‘Rui katsu’. En 2013 fueron organizadas sus primeras sesiones de la mano de Hiroki Terai, que, conociendo el poder liberador de las lágrimas, decidió montar estos grupos de llanto como una terapia contra el estrés. Explicaba que a través de las lágrimas expulsamos sustancias tóxicas del organismo y nos sentimos mejor.

 

La idea es que, al llorar en grupo, desaparezca el componente depresivo que podría existir cuando la persona llora a solas. Salen con la mente despejada

 

En un primer momento, Terai concibió estas sesiones pensadas especialmente en las mujeres; A día de hoy reúne en una sala a 20 personas y proyecta anuncios, cortos y vídeos de historias emotivas que consiguen que todo el mundo acabe llorando. Suelen durar unos 40 minutos y el público (adultos de todas las edades) salen de la terapia liberados de sus tensiones, con la mente despejada y habiendo reducido sus niveles de estrés. La idea es que, al llorar en grupo, desaparezca el componente depresivo que podría existir cuando la persona llora a solas.

El profesor Hidefumi Yoshida, que se considera a sí mismo un ‘namida sensei’ o ‘profesor de lágrimas’, explica en una reciente entrevista para ‘BBC‘: “Llevo siete años y medio dando clases y seminarios a la gente para que lloren, y lo he conseguido con más de 50.000 personas. Pongo películas o imágenes tristes, melancólicas, esperanzadoras… cuanto más llores, más estrés liberarás. Llorar mejora el sistema inmune, yo solía coger bastantes constipados y desde que empecé este trabajo no me pongo malo nunca”.

 

Yoshida indica que, históricamente, los japoneses tenían mucha más predisposición a llorar, pues en la literatura aparecen referencias constantes a este acto, pero desde hace un tiempo se enseña, desde niños, que no debe hacerse. Eso los lleva a cerrarse, sufrir estrés y tener conflictos internos, pues llorar es bueno física y psicológicamente. “Llorar te ayuda a conocerte mejor a ti mismo“, explica. “El ‘rui katsu’ hace que tu vida sea mejor”.

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