Los científicos chinos han creado una quimera: un mono con dos conjuntos diferentes de ADN.
Investigadores de la Academia de Ciencias de China han informado de un gran éxito en la creación de un objeto científico tan esperado: una quimera viviente artificial. Lograron obtener un mono con un doble conjunto de ADN, cada uno de los cuales es responsable de diferentes partes del cuerpo de la criatura. Desafortunadamente, el animal murió 10 días después de su nacimiento, pero los científicos lograron registrar un éxito.
El material de partida fueron dos embriones de macaco cynomolgus, de 7 y 5 días de edad. Los científicos trasplantaron parcialmente células madre de la primera a la segunda y les agregaron proteína fluorescente. El embrión “editado” se colocó en una mona y ella, naturalmente, dio a luz a una quimera. El pequeño mono no tenía imperfecciones visibles, pero tenía manchas de pigmento verdoso en todo el cuerpo.
Las manchas sirvieron como marcadores de la presencia de material genético del donante en los órganos y tejidos ya formados de la quimera. Es decir, aquellos que no fueron eliminados durante la formación del feto, sino que pasaron a ser parte integral y funcional del mismo. El análisis de muestras y la secuenciación del genoma mostraron que había genes extraños presentes en 26 tipos de tejido. Su concentración varió del 21% al 92% en diferentes tejidos.
Como resultado, resultó que el cuerpo de la quimera se compone de aproximadamente un 67% de material biológico creado por las células madre excesivamente crecidas del donante. Y estos tejidos se encuentran en casi todos los órganos del mono, lo que indica el éxito del experimento. La bioluminiscencia ayudó a aclarar exactamente dónde estaban las células extrañas, pero se habían convertido en “amigas”.
La ciencia necesita la creación de quimeras por la misma razón por la que se cultivan muestras de tejido en el laboratorio: para probar diversos tipos de efectos y tratamientos en ellas. Es un ser vivo, pero ante todo un ejemplar experimental, un objeto científico y una herramienta, todo al mismo tiempo. Al crear y estudiar quimeras, los científicos intentan comprender cómo se crean en el cuerpo las condiciones para el desarrollo de diversas enfermedades, mutaciones y anomalías, para poder aprender a afrontarlas.