Los científicos han ideado un bioreloj único, dentro del cual se esconde un organismo vivo.

La gente se ha rodeado tanto de gadgets que ya ha dejado de fijarse en ellos. La única excepción son los dispositivos Tamagotchi que requieren la atención de sus dueños. Para probar cómo se sentirían los propietarios acerca de los dispositivos que deben cuidarse, los científicos de la Universidad de Chicago desarrollaron un reloj viviente único y pidieron a los voluntarios que caminaran con ellos durante un par de semanas.

El dispositivo es un dispositivo biomecánico extremadamente inusual que monitorea continuamente la frecuencia cardíaca de su propietario. Además de su utilidad incondicional, el dispositivo se distingue por el hecho de que recibe energía del moho conductor Physarum polycephalum. Este es un organismo vivo que necesita ser alimentado regularmente, suministrando agua con una pipeta especial. Recibiendo los cuidados necesarios, la mucosidad crece hasta completar el circuito eléctrico.

Cinco personas aceptaron participar en el experimento: se pusieron el reloj en la muñeca y siguieron las recomendaciones de los investigadores. La primera semana se dedicó a hacer crecer su moho mucilaginoso. El dispositivo comenzó a funcionar, pero a la segunda semana todos los voluntarios recibieron instrucciones de dejar de alimentar a la criatura que habían criado. Un giro tan brusco hizo que todos los participantes experimentaran un verdadero shock. Estaban completamente perdidos y claramente no querían seguir las instrucciones de sus cuidadores. Las personas mostraron una humanidad increíble en relación con una criatura cultivada con sus propias manos, que, de hecho, fue el tema principal del experimento. Los investigadores dicen que cultivar ese sentido de conexión con nuestras pertenencias es mucho más valioso que la actitud del consumidor moderno hacia los objetos que llenan nuestras vidas.

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