Los Misterios de las Profundidades: Ovnis Submarinos y Fenómenos Acústicos sin Explicación
Desde Bioluminiscencia hasta el Enigma del Bloop: Ciencia y Mitos en los Océanos
Los fenómenos inexplicables no se limitan al espacio aéreo. En las profundidades de los océanos, se han registrado durante décadas objetos y señales acústicas que desafían la comprensión humana. Denominados USO (Objetos Submarinos No Identificados), estos eventos se dividen en dos categorías: manifestaciones visuales, como las enigmáticas “ruedas de Buda” y los “carruseles diabólicos”, y fenómenos acústicos, entre los que destacan el misterioso “Bloop” y los inquietantes “cuáqueros”. Aunque la ciencia ha ofrecido explicaciones para algunos de estos casos, otros permanecen envueltos en teorías que van desde criaturas mitológicas hasta visitantes extraterrestres.
Manifestaciones Visuales: Luces y Criaturas de las Profundidades
Entre los fenómenos visuales más intrigantes se encuentran los círculos luminosos conocidos en Asia como “ruedas de Buda” y en Europa como “carruseles del diablo”. Estas formaciones, observadas en la superficie del agua, han sido atribuidas tradicionalmente a presagios, ya sean benévolos o malignos. Sin embargo, la explicación más plausible apunta a la bioluminiscencia de organismos marinos, como ciertas especies de plancton o medusas, capaces de generar destellos bajo condiciones específicas.
Otro mito recurrente en el ámbito submarino es el de criaturas colosales, como krakens o tiburones prehistóricos, supuestamente responsables de daños en submarinos. Un caso emblemático fue el de las marcas encontradas en los revestimientos de goma de submarinos militares, inicialmente atribuidas a ventosas de calamares gigantes. No obstante, investigaciones posteriores revelaron que el responsable era el tiburón linterna brasileño, un depredador de pequeño tamaño pero con mandíbulas lo suficientemente potentes como para dejar marcas similares a las de especies mucho mayores.
Fenómenos Acústicos: El Enigma de los Sonidos Abisales
En el ámbito de los sonidos no identificados, el “Bloop” ocupa un lugar destacado. Detectado en 1997 por hidrófonos del Pacífico, este potente infrasonido fue inicialmente asociado con una criatura marina de dimensiones colosales, superando incluso a la ballena azul. La ubicación de la señal, cerca de las coordenadas donde el escritor H.P. Lovecraft situó a su criatura Cthulhu, alimentó teorías fantásticas. Sin embargo, en 2012, científicos concluyeron que el origen más probable era el fracturamiento de un iceberg masivo.
Otro fenómeno acústico desconcertante son los “cuáqueros”, llamados así por su similitud con el croar de las ranas. Estos sonidos, detectados frecuentemente por submarinos, aún no tienen una explicación definitiva. Algunas hipótesis sugieren que podrían deberse a procesos oscilatorios en las capas de agua con diferentes temperaturas y salinidad, aunque su patrón repetitivo sigue siendo motivo de debate en la comunidad científica.
A pesar de los avances en oceanografía, los misterios de las profundidades persisten. Mientras algunos fenómenos, como las luces bioluminiscentes o los sonidos de icebergs, han encontrado explicaciones racionales, otros continúan alimentando la imaginación y las teorías conspirativas. Lo que es indudable es que el océano sigue siendo una de las últimas fronteras inexploradas de la Tierra, un espacio donde la ciencia y el mito convergen en la búsqueda de respuestas.