Los nanotiranosaurios realmente existieron en la naturaleza
Desde el descubrimiento y clasificación de los restos de tiranosaurios, los científicos han estado preocupados por la pregunta: ¿por qué de vez en cuando se encuentran en el mundo esqueletos muy similares, pero muy pequeños? ¿Qué son estos: bebés tiranosaurios o una especie separada de reptiles antiguos? Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Bath y la Universidad de Chicago apunta a la segunda opción.
Las criaturas se llaman Nanotyrannus lancensis, un ejemplo de humor científico. Los “nanotiranosaurios” medían hasta 5 m de largo y pesaban 1500 kg, pero esto era sólo el 15% del tamaño de un tiranosaurio adulto, por lo que realmente parecían bebés. Se encontraron alrededor de 150 diferencias en los esqueletos de estas dos especies, lo que permitió identificar su principal diferencia. Los nanotiranosaurios tenían extremidades anteriores largas, prensiles y funcionales en lugar de los apéndices vestigiales de los grandes tiranosaurios.
Al estudiar las marcas anuales en los huesos, los científicos determinaron que la edad promedio de los nanotiranosaurios era de 13 a 15 años, lo que corresponde a la edad de los tiranosaurios jóvenes. Pero las marcas están muy juntas, la diferencia en el crecimiento óseo entre años es simbólica, lo que indica que la criatura se está acercando a su tamaño máximo, su maduración. Los tiranosaurios jóvenes crecieron rápidamente y ganaron cientos de kilogramos de peso por año, pero en este caso el panorama es diferente.
Finalmente, no se encontraron formas transicionales “adolescentes” que combinaran las características de las dos especies, lo que indica su diferencia. Una comparación directa de los cráneos de un tiranosaurio juvenil y un nanotiranosaurio mostró cuán diferentes eran. Se suponía que el primero se convertiría en un depredador poderoso y torpe, y el segundo ya era un cazador ágil y diestro. La investigación aún está lejos de estar completa; los científicos no descartan nuevos descubrimientos.
Fuente: bath.ac.uk