Los residuos agrícolas son perfectos para cultivar carne sintética
La humanidad está condenada a rechazar la carne natural; por varias razones, es extremadamente rentable reemplazarla con análogos sintéticos. El problema hasta ahora es el mismo: la producción no de una masa sin rostro de proteínas, sino de un análogo completo de carne, con el sabor y la textura correctos, sigue siendo demasiado costosa. Pero recientemente, un equipo internacional de científicos ha hecho un gran avance en esta área.
Las células musculares crecen fácil y activamente en un medio nutritivo, pero para convertirse en carne necesitan un andamio que les dé una forma característica. Esto es difícil y costoso porque requiere el uso de una sustancia neutra que sea comestible y segura. El uso de colágeno o gelatina arruina la idea de raíz, ya que se extraen de la carne de los seres vivos y los polímeros comestibles son demasiado caros.
En busca de una alternativa, los científicos dirigieron su atención a los cereales, más precisamente, a los desechos agrícolas en forma de cáscaras de cebada y centeno. Las tecnologías modernas permiten extraer de ellos las proteínas prolamina y zeína que, después del procesamiento, pueden convertirse en la base para la “tinta” de una bioimpresora 3D. Esto le permite hacer el mismo andamio para el crecimiento de tejido muscular en cualquier forma y escala para las necesidades de la industria alimentaria.
Esta tecnología permitirá un procesamiento más eficiente de los productos agrícolas y reducirá significativamente la necesidad de cría de animales. No importa cómo suene, pero criar ganado para carne realmente crea grandes problemas para el ecosistema de nuestro planeta. Y dado que las personas no van a reducir la ingesta de proteínas y la población de la Tierra está en constante crecimiento, existe la necesidad de crear una fuente alternativa de proteínas. Que al menos remotamente se parecerá a la carne real.