Maralinga: Secretos Atómicos y Luces Inexplicables en el Desierto Australiano

En el corazón árido de Australia del Sur, a más de 800 kilómetros de la civilización, yace Maralinga: un nombre que evoca tanto el legado oscuro de las pruebas nucleares británicas como un enigma persistente. Entre 1956 y 1963, este remoto rincón del mundo no solo fue testigo de explosiones atómicas que marcaron la Guerra Fría, sino también de una serie de avistamientos de fenómenos aéreos no identificados (UAP) que hasta hoy desafían explicación. ¿Coincidencia? ¿O algo más inquietante? Acompáñenos en un viaje a través de archivos desclasificados, testimonios escalofriantes y un misterio que perdura entre las arenas radiactivas.

%name Maralinga: Secretos Atómicos y Luces Inexplicables en el Desierto Australiano

1956: El Primer Encuentro – Un Camionero, un Objeto Brillante y el Silencio Oficial

La noche del 1 de junio de 1956, Harry Woolfall, conductor de camiones en Maralinga, se topó con algo que jamás olvidaría. Mientras transportaba equipos hacia la zona de pruebas, un objeto alargado, luminoso y con hileras de ventanas laterales cruzó el cielo a baja velocidad. “Se movía lentamente, como si estuviera observando”, relató Woolfall décadas después al Sunday Mail. Varios colegas, incluyendo trabajadores en Watson y otras áreas, confirmaron el avistamiento. Pese a su impacto, el suceso nunca fue investigado públicamente. ¿Era tecnología secreta aliada? ¿O algo más? El silencio de los registros oficiales alimenta la intriga.

1957: La Nave Azul Plateada – Un Testimonio desde el Corazón Nuclear

Durante la operación ANTLER, serie de detonaciones nucleares británicas en septiembre y octubre de 1957, ocurrió un incidente aún más revelador. Un cabo de la RAF y su equipo fueron convocados fuera de la cantina de Maralinga para presenciar un objeto metálico azul plateado, flotando en silencio sobre el aeródromo. Con “ventanas” iluminadas y un revestimiento detallado, la nave permaneció 15 minutos antes de desaparecer. El controlador aéreo verificó radares: nada registrado. Las cámaras, bajo llave por orden militar, no capturaron evidencia. “Era sólido, real… algo manufacturado”, insistió el testigo a la investigadora Jenny Randles. ¿Por qué un objeto así sobrevolaba una zona de máximo secreto?

1960: Luces Rojas en el Crepúsculo – Científicos y el Informe Olvidado

El 15 de julio de 1960, a las 19:00 horas, múltiples testigos —incluyendo al alguacil Maxwell y personal en Wewak— reportaron una luz blanca que se transformó en roja, desplazándose rápidamente. O. Harry Turner, físico nuclear del sitio, investigó el caso y concluyó en sus archivos personales: “Era un UAP”. Los informes, almacenados en los Archivos Nacionales de Australia, descartaron cohetes de Woomera, pero nunca ofrecieron respuestas concluyentes. ¿Era un experimento fallido? ¿O una presencia ajena monitoreando las secuelas radiactivas?

¿Coincidencia o Vigilancia? La Conexión Nuclear-UAP

Maralinga no es un caso aislado. Desde Roswell hasta Kazajistán, sitios nucleares han sido escenarios recurrentes de avistamientos UAP. Teorías abundan: desde sondas extraterrestres monitoreando la capacidad destructiva humana hasta tecnología militar clasificada probada en secreto. Sin embargo, la falta de transparencia gubernamental —evidente en los archivos tachados de Maralinga— complica cualquier conclusión. Como señala el ufólogo Grant Lavelle: “Si eran nuestros propios prototipos, ¿por qué los testigos los describen como naves manufacturadas y no como aviones convencionales?”.

Los avistamientos de Maralinga, documentados por trabajadores, militares y científicos, pintan un cuadro inquietante. Aunque es plausible atribuirlos a pruebas secretas o efectos ópticos en un ambiente de estrés radiactivo, detalles como las descripciones consistentes de “ventanas” y movimientos antigravitatorios desafían explicaciones simples. Los archivos australianos, aunque reveladores, carecen de fotos o datos técnicos concluyentes. ¿Fueron estos UAP meros espectros del desierto, o testigos silenciosos de un capítulo oculto de la historia nuclear? La arena de Maralinga guarda sus secretos… por ahora.

 

Referencias:

Periódico “Sunday Mail”, Adelaide, Australia del Sur. 27 de septiembre de 1987. Woolfall se puso en contacto con el periódico después de ver un artículo sobre el avistamiento de 1957

Chalker, W. “El incidente del Cabo NW.” International UFO Reporter, enero/febrero de 1986, págs. 9-12.

Archivo de los Archivos Nacionales de Australia serie A6456, símbolo de control R029/284. “Proyecto Maralinga – General – Política y administración”. pp74 y 76.

  ¿Te gusto la noticia? compártela en tus redes sociales.
error: