Marte: ¿Vida antigua confirmada? Un nuevo hallazgo alimenta la esperanza
El análisis de una muestra de roca sedimentaria en el cráter Jezero revela la presencia de vivianita y greigita, minerales cuya formación en la Tierra está oftenmente ligada a la actividad biológica, aunque la ciencia mantiene la cautela.
En una investigación que marca un hito en la exploración planetaria, el rover Perseverance de la NASA ha identificado en la superficie de Marte lo que los científicos califican como una de las evidencias más sólidas y sugerentes hasta la fecha en la búsqueda de vida antigua más allá de la Tierra. El hallazgo, centrado en el análisis de una muestra de roca de miles de millones de años, no constituye una prueba definitiva, pero abre una ventana sin precedentes a un pasado en el que el planeta rojo pudo haber sido habitable.
El Escenario del Descubrimiento: Un Lago Antiguo
El rover, que aterrizó en Marte en febrero de 2021, lleva años explorando metódicamente el cráter Jezero, una cuenca de 45 kilómetros de diámetro seleccionada precisamente porque las observaciones orbitales indicaban que en el pasado remoto albergó un gran lago y el delta de un río. La misión de Perseverance es buscar signos de esa vida microbiana antigua y recolectar muestras para su eventual retorno a la Tierra. La roca clave, bautizada como “Cañón Zafiro”, fue obtenida en julio de 2024 de la formación “Bright Angel”, un conjunto de afloramientos en el borde del Valle Neretva, un antiguo cauce fluvial.
La Biofirma Potencial: Minerales que Delatan Procesos
Según el estudio, liderado por el científico planetario Joel Hurowitz de la Universidad Stony Brook y publicado en la prestigiosa revista Nature, la muestra es una roca sedimentaria de grano fino formada a partir del lodo que se depositó en el fondo de aquel lago marciano. El análisis con los instrumentos espectroscópicos del rover (específicamente SHERLOC y PIXL) detectó la presencia de dos minerales específicos: vivianita (un fosfato de hierro) y greigita (un sulfuro de hierro).
La relevancia de este hallazgo radica en su proceso de formación. En la Tierra, estos minerales suelen generarse cuando la materia orgánica presente en sedimentos lacustres es consumida por microorganismos. Como subproducto de su metabolismo, estos microbios alteran la química de su entorno, propiciando la formación de dichos minerales. “Los microbios están consumiendo la materia orgánica en estos entornos y produciendo estos nuevos minerales”, explicó Hurowitz.
La Cautela Científica: ¿Biología o Química Abiótica?
Pese a lo prometedor del descubrimiento, el equipo de investigación enfatiza la prudencia. El título de “biofirma potencial” es deliberado, ya que existen procesos geoquímicos puramente abióticos (no biológicos) que también pueden dar lugar a la formación de vivianita y greigita. “La razón por la que no podemos afirmar que esto sea más que una posible biofirma es que existen procesos químicos que pueden causar reacciones similares en ausencia de biología, y no podemos descartarlos por completo basándonos únicamente en los datos del rover”, advirtió el científico principal.
Esta ambigüedad es inherente a la astrobiología y subraya la necesidad de un análisis más profundo, que solo puede realizarse en los laboratorios más avanzados de nuestro planeta.
Un Paso Crucial hacia la Respuesta Definitiva
El descubrimiento de Perseverance representa un salto cualitativo monumental. No se trata de una mera detección de moléculas orgánicas, sino de la identificación de minerales cuya formación está intrínsecamente ligada a un contexto ambiental húmedo y potencialmente rico en nutrientes, y que en la Tierra son un indicador fiable de actividad biológica pasada.
La muestra “Cañón Zafiro” se une así a la colección de tubos que Perseverance ha ido almacenando para la futura misión Mars Sample Return. “En última instancia, las investigaciones posteriores nos proporcionarán un conjunto de hipótesis comprobables para determinar si la biología es responsable de la generación de estas características… lo cual podremos evaluar examinando la muestra si es devuelta a la Tierra”, concluyó Hurowitz. La respuesta final a la pregunta “¿estamos solos?” podría, literalmente, estar guardada en ese tubo de titanio esperando su viaje a casa.