Misterio en Santiago del Estero: Ataques y mutilaciones en estancia reavivan la leyenda del chupacabras en Argentina

Un productor de Tintina reportó la muerte extraña de sus animales, cuyos cadáveres carecían de signos de putrefacción, alimentando el folclore local y la especulación sobre el origen de los hechos.

La paz característica de la zona rural de Tintina, en el corazón de Santiago del Estero, se ha visto fracturada por una serie de eventos inexplicables que han sumido a la comunidad en un estado de inquietud y especulación. El presunto ataque de una criatura no identificada a animales de corral ha reflotado con fuerza narrativas populares que se creían dormidas, situando el mito del Chupacabras en el centro de la conversación pública, según señala el portal de noticias Exclusiva.com.ar.

Los hechos tuvieron lugar en la Estancia Dos Leones, propiedad de Eduardo Torán Maidana. Fue el propio estanciero quien, al realizar su ronda habitual, se encontró con una escena dantesca en dos sectores de su campo. Según su relato al portal Exclusiva.com.ar, el panorama incluía ejemplares con heridas severas y otros que ya habían perdido la vida. La magnitud y naturaleza de las lesiones despertaron de inmediato su alarma.

Sin embargo, el detalle más desconcertante, y el que ha dado pábulo a las teorías sobrenaturales, fue la condición de los cadáveres. “Lo más raro es que los que estaban muertos no tenían olor”, afirmó Torán Maidana. Esta ausencia total del fétido aroma a putrefacción, inexplicable para la ciencia veterinaria convencional bajo las condiciones climáticas de la región, coincide con uno de los atributos más citados en la tradición folclórica sobre el Chupacabras, entidad a la que se le adjudica un método de ataque que, misteriosamente, preserva los cuerpos de la descomposición natural.

Ante la falta de una explicación oficial por parte de las autoridades sanitarias o fuerzas de seguridad, que presumiblemente se encuentran investigando los casos, el vacío de información ha sido rápidamente ocupado por la memoria colectiva. Los relatos sobre el ser chupasangre, popularizados en toda Latinoamérica desde la década de 1990, han resurgido con vigor en las conversaciones de los vecinos, quienes ahora temen por la seguridad de sus propios ganados e, incluso, por sus familias.

El clima en la comunidad es de expectativa contenida y nerviosismo. Mientras los expertos buscan respuestas terrenales—que podrían ir desde ataques de depredadores autóctonos hasta enfermedades o incluso intervención humana—, la leyenda cobra fuerza. El caso de la Estancia Dos Leones permanece abierto, un recordatorio de cómo los misterios sin resolver pueden entrelazarse con el sustrato cultural de un lugar, manteniendo viva una leyenda que, para muchos en Tintina, acaba de volver a hacerse realidad.

El suceso en Tintina trasciende la mera anécdota rural para convertirse en un fenómeno sociocultural. Ilustra la poderosa intersección entre el misterio sin resolver y la narrativa popular, donde el folclore provee un marco explicativo ante lo desconocido. Independientemente del desenlace que arroje la investigación, el episodio ya ha dejado una marca indeleble en la comunidad, demostrando que las leyendas, por antiguas que sean, permanecen latentes, esperando sólo un evento incomprensible para despertar del todo.

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