Muestras del Asteroide Bennu Revelan Secretos del Origen de la Vida
Los áridos desiertos de Utah, conocidos por su misticismo y las teorías sobre visitas extraterrestres, fueron testigos de un verdadero emisario del espacio en septiembre de 2023. Un paracaídas descendió suavemente con una cápsula del tamaño de un neumático de camión, transportando un valioso tesoro cósmico: más de 120 gramos de material prístino proveniente del asteroide Bennu. Ahora, dos estudios publicados el 29 de enero de 2025 han confirmado que estas muestras contienen los ingredientes esenciales para la vida.
Una Misión de Tres Años para Traer un Mensaje del Pasado
La nave espacial OSIRIS-REx de la NASA emprendió su viaje en 2020 con la misión de recolectar muestras de la superficie de Bennu. Su objetivo: proporcionar información clave sobre la formación del sistema solar y el origen de la vida en la Tierra. Tras el exitoso aterrizaje de la cápsula en Utah, los científicos se apresuraron a analizar el material en laboratorios altamente especializados.
Los resultados preliminares ya habían entusiasmado a la comunidad científica, pero los estudios más recientes ofrecen datos aún más reveladores. Investigaciones publicadas en Nature y Nature Astronomy han demostrado que, incluso en las regiones más frías y oscuras del sistema solar primitivo, se desarrollaron procesos químicos sorprendentes que dieron lugar a numerosos compuestos esenciales para la vida.
Un Mundo Primitivo y Rico en Agua
Bennu es un vestigio de una época caótica, cuando los cuerpos celestes chocaban entre sí en un primitivo juego de billar cósmico. Los restos de su cuerpo progenitor han sido preservados en el frío del espacio, y su análisis ha revelado la presencia de agua en abundancia. Según el estudio publicado en Nature, parte de esa agua se evaporó, dejando tras de sí depósitos de salmuera salada.
El artículo complementario en Nature Astronomy va aún más lejos: la salmuera contenía miles de compuestos orgánicos, incluidos 14 de los 20 aminoácidos que forman las proteínas de los seres vivos en la Tierra, así como todas las bases de nucleótidos que componen el ADN y el ARN. Esto implica que los elementos fundamentales de la vida han existido en nuestro sistema solar desde sus albores.
¿Un Mundo Fangoso en Lugar de un Océano?
A pesar de la abundancia de agua, el cuerpo celeste del que Bennu proviene no estaba cubierto de océanos como la Tierra. Tim McCoy, coautor del estudio en Nature y experto en meteoritos del Instituto Smithsoniano, describe este mundo primitivo como “más bien un mundo fangoso que acuático”. Según su análisis, el agua estuvo presente en depósitos poco profundos que no persistieron por largos períodos.
Sin embargo, esto no disminuye la importancia del hallazgo. McCoy enfatiza que la presencia de arcillas, fosfatos, sales y una antigua salmuera rica en sodio indica que el entorno era ideal para los primeros pasos hacia la vida. “No solo estaban presentes los ingredientes clave, sino que el ambiente mismo favorecía su evolución”, afirma el experto.
Un Paso Más Cerca de Resolver el Misterio del Origen de la Vida
El estudio de las muestras de Bennu es una ventana al pasado, un vistazo a los elementos que podrían haber sembrado la vida en la Tierra y quizá en otros rincones del universo. Este hallazgo refuerza la teoría de que los asteroides desempeñaron un papel fundamental en la evolución de la química prebiótica que dio lugar a los primeros organismos vivos.
A medida que el análisis de las muestras continúa, los científicos esperan descubrir aún más pistas sobre los procesos que llevaron a la vida en nuestro planeta. Este es solo el comienzo de un viaje científico que podría redefinir nuestra comprensión del cosmos y nuestra propia existencia.