Neil deGrasse Tyson desafía la hipótesis alienígena de Avi Loeb sobre el cometa 3I/Atlas

El astrofísico tilda de “clickbait” la especulación sobre tecnología extraterrestre, abogando por el rigor científico frente al sensacionalismo, mientras la astrónoma Tere Paneque enfatiza la riqueza de la investigación multidisciplinaria.

En medio de la anticipación por el máximo acercamiento del cometa 3I/Atlas al Sol, un debate científico de alto nivel captura la atención pública. De un lado, el prestigioso astrofísico Neil deGrasse Tyson; del otro, la controvertida hipótesis del profesor Avi Loeb de Harvard. El núcleo de la disputa: si este visitante interestelar es una pieza de tecnología alienígena o simplemente un objeto astronómico natural. Durante una conferencia en Erie, Pennsylvania, Tyson no solo rechazó frontalmente esta idea, sino que criticó el ecosistema mediático que la alimenta, defendiendo el método científico frente a lo que calificó de puro sensacionalismo.

El Escepticismo Fundamentado de un Comunicador Científico

Frente a una audiencia de 4.000 personas en el Bayfront Convention Center, Tyson utilizó su característico estilo elocuente y mordaz para desmontar la teoría de su “colega cercano a los extraterrestres”, Avi Loeb. Mientras Loeb estimaba en un 30% a 40% la probabilidad de que el 3I/Atlas fuera una sonda alienígena, Tyson situó esa posibilidad entre las menos probables. Aseguró que, si bien la ciencia existe para descubrir lo desconocido, atribuir de inmediato un fenómeno nuevo a una civilización extraterrestre es un salto injustificado y carente de rigor. “Tenemos buenos datos sobre nuestros propios cometas, asteroides, lunas y planetas”, argumentó. “Si vienes de otro lugar, supongo que no lo sabremos todo. Para eso sirve la ciencia. Así que habrá cosas nuevas que nos harán pensar. ¿Que viene la gente extraterrestre? Vale, eso es puro clickbait”.

El Costo del Sensacionalismo y la Carga de la Prueba

El Dr. Tyson no se limitó a criticar la hipótesis, sino que expuso sus consecuencias prácticas. Relató recibir “correos electrónicos y mensajes de texto frenéticos” de ciudadanos comunes preguntando si los alienígenas estaban a punto de aterrizar. Este pánico, señaló, es alimentado directamente por la cobertura mediática de teorías marginales. Para enfatizar su punto, contrastó las nítidas y espectaculares imágenes del Telescopio Espacial James Webb, que revelan secretos cósmicos a 7.000 años luz, con los granulosos y ambiguos videos de OVNIs presentados como “prueba” en audiencias congresionales. “¿Me estás diciendo que tu mejor prueba de la existencia de extraterrestres es una imagen borrosa y monocromática de un Tic Tac en la pantalla de un piloto de la Marina?”, preguntó retóricamente, en un momento que derivó en una demostración satírica que provocó las risas del público.

Una Perspectiva Internacional y el Llamado al Consenso Científico

Mientras el debate arrecia en Estados Unidos, una voz desde el hemisferio sur aporta matices cruciales. La astrónoma chilena Tere Paneque, utilizando su plataforma en TikTok para comunicar ciencia, anunció que su propuesta para estudiar el 3I/Atlas con el poderoso observatorio ALMA fue aceptada. Su investigación se centrará en medir la cantidad de agua del cometa, un dato fundamental para comprender su origen y composición. Al referirse a la teoría de Loeb, Paneque adoptó una postura equilibrada pero firme: “Cuestionarnos que 3I/Atlas es tecnología extraterrestre es válido, pero para responderla debemos estar dispuestos a equivocarnos”. Añadió que “reducirlo a tecnología extraterrestre creo que es perderse de muchísima riqueza científica”, subrayando que “la ciencia y nuestro modelo de realidad se construye a consenso de equipos amplios y multidisciplinarios y no a la opinión de una sola persona, por mucho que sea de Harvard”.

La Ciencia como Antídoto contra la Especulación

El episodio del 3I/Atlas trasciende la mera discusión sobre un objeto interestelar. Se ha convertido en un microcosmos de la lucha por la narrativa científica en la era digital. Por un lado, figuras como Neil deGrasse Tyson y Tere Paneque encarnan el enfoque metódico y colaborativo, donde las preguntas audaces deben ser respondidas con datos contundentes y consenso entre pares. Por el otro, la hipótesis de alto perfil de Avi Loeb demuestra el poder seductor de las ideas especulativas, que, si bien pueden impulsar la conversación, también corren el riesgo de eclipsar el lento pero seguro proceso de descubrimiento. El consenso, como señala Paneque, es la verdadera base sobre la cual se edifica la realidad científica, un recordatorio de que en la búsqueda de respuestas cosmicas, la paciencia y la evidencia colectiva siempre prevalecerán sobre el clickbait y la opinión individual.

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