Nick Pope, exjefe de la Unidad OVNI británica, sugiere la implicación de Rusia o China en incursiones sobre instalaciones estratégicas del Reino Unido

Las bases aéreas de la Royal Air Force (RAF) en el este de Gran Bretaña han sido escenario de recientes incursiones de drones no identificados, generando preocupaciones sobre seguridad nacional. Nick Pope, exjefe de la Unidad OVNI del Ministerio de Defensa británico, ha advertido que estos incidentes podrían estar relacionados con la actividad de potencias extranjeras como Rusia o China, especialmente en un contexto de tensiones nucleares y conflictos internacionales.

El fenómeno, reportado entre el 20 y el 22 de noviembre en las bases de Lakenheath, Mildenhall y Feltwell —instalaciones utilizadas por la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF)—, ha despertado inquietud tanto en el Reino Unido como en círculos militares internacionales.

Drones sobre instalaciones estratégicas: posibles responsables

Según Pope, las incursiones podrían estar vinculadas al despliegue reciente de misiles Storm Shadow en Ucrania, suministrados por el Reino Unido y utilizados contra objetivos en Kursk, Rusia. “No se puede descartar la posibilidad de espionaje extranjero”, declaró Pope en una entrevista con The Guardian. “Rusia o China podrían estar recopilando información crítica a través de drones, evitando riesgos más altos asociados con la infiltración de agentes de inteligencia convencionales”.

Sin embargo, el exfuncionario subraya que los responsables podrían no ser directamente operativos militares extranjeros. Existe la posibilidad de que potencias rivales utilicen intermediarios locales, como grupos de entusiastas de drones o incluso activistas antinucleares, para realizar misiones de reconocimiento. “En lugar de utilizar recursos costosos, podrían suministrar tecnología avanzada a terceros, lo que complicaría la identificación de los verdaderos actores detrás de estos incidentes”, añadió Pope.

Investigación criminal en curso

La situación ha escalado a niveles más serios tras declaraciones recientes en el Parlamento británico. Lord Coker confirmó que las incursiones están siendo tratadas como una investigación criminal, con el objetivo de llevar a los responsables ante la justicia. Esto sugiere que el gobierno británico está considerando todas las hipótesis, desde espionaje hasta sabotaje interno o activismo extremista.

Contexto histórico y geopolítico

No es la primera vez que se reportan objetos voladores no identificados cerca de bases aéreas con capacidad nuclear en el Reino Unido. Incidentes previos han suscitado preocupaciones sobre la vulnerabilidad de instalaciones estratégicas en un entorno de creciente rivalidad global. Las bases de la RAF en cuestión albergan activos críticos y colaboran estrechamente con la Fuerza Aérea de Estados Unidos, lo que las convierte en objetivos potenciales para operaciones de vigilancia.

Además, la coincidencia de estos avistamientos con el lanzamiento de misiles Storm Shadow por parte de Ucrania resalta la complejidad geopolítica del momento. Las incursiones podrían ser parte de una estrategia más amplia de recopilación de inteligencia, diseñada para monitorear el movimiento de armas nucleares o evaluar la capacidad de respuesta defensiva británica.

Amenaza tecnológica y desafíos de seguridad

La creciente sofisticación de los drones presenta un desafío significativo para la seguridad nacional. Estos dispositivos pueden evadir radares convencionales, lo que dificulta su detección y neutralización. Las autoridades británicas han reforzado las medidas de seguridad, pero la naturaleza de estos incidentes subraya la necesidad de desarrollar tecnologías más avanzadas para contrarrestar amenazas aéreas no convencionales.

Nick Pope también advirtió sobre el riesgo de subestimar la capacidad de actores no estatales. “Los grupos activistas o individuos con conocimientos tecnológicos podrían ser utilizados como peones en una partida de ajedrez geopolítica mucho más grande”, concluyó.

Un misterio que exige respuestas claras

El reciente incidente con drones en las bases de la RAF plantea interrogantes críticas sobre la seguridad del Reino Unido frente a amenazas tecnológicas y estratégicas. La posibilidad de espionaje extranjero, combinada con la incertidumbre sobre actores internos, exige una respuesta coordinada y transparente. Las investigaciones en curso podrían revelar no solo la naturaleza de estos vuelos no autorizados, sino también implicaciones más amplias para la defensa global en un mundo cada vez más interconectado y tenso.

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