OVNI en Chicago de 2006: ¿Pistas sobre viajes espaciales a la velocidad de la luz? Físicos buscan respuestas basándose en ese avistamiento
En la fría tarde del 7 de noviembre de 2006, en el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago, ocurrió un evento que desconcertó a los testigos y dejó una marca indeleble en la historia de los avistamientos de OVNIs.
Lo que presenciaron más de una docena de empleados de United Airlines y capturaron en comunicaciones de la Administración Federal de Aviación (FAA) fue un objeto metálico en forma de platillo que flotaba en el cielo, desafiando las leyes de la física conocidas.
Aunque la FAA y el astrónomo Mark Hammergren intentaron atribuir el incidente a una “nube perforadora”, el misterio nunca se resolvió por completo. Ahora, un grupo internacional de 30 físicos con doctorado, pertenecientes al grupo de investigación financiado con fondos privados Applied Physics, ha reavivado el interés en este caso y ha planteado una teoría intrigante: ¿podría el avistamiento de O’Hare contener pistas sobre viajes espaciales “más rápidos que la luz”?
La teoría que estos expertos están explorando se basa en el concepto del “impulsor warp de Alcubierre”, una idea que se asemeja a lo que hemos visto en la serie de televisión Star Trek. Esta idea, concebida por el físico teórico mexicano Miguel Alcubierre en 1994, implica que una nave podría doblar el tejido del espacio y el tiempo alrededor de sí misma, permitiéndole viajar entre las estrellas a velocidades aparentemente imposibles.
El director científico de Física Aplicada, Alexey Bobrick, publicó cálculos que describen la forma ideal de un vehículo con propulsión Alcubierre en 2021. Según Bobrick, la geometría resultante de doblar el espacio-tiempo podría reducir significativamente los requisitos de energía, lo que haría posible la construcción de naves espaciales con esta tecnología.
Lo que hace que el avistamiento de O’Hare sea aún más intrigante es que el objeto en cuestión se describió como un platillo volador de entre 22 y 88 pies de diámetro, un diseño que encajaría con los principios de propulsión Alcubierre. Además, los testigos informaron que el objeto aceleró de 0 a aproximadamente entre 1,000 y 2,000 pies por segundo en cuestión de segundos, una velocidad que ningún avión conocido podría alcanzar.
Sin embargo, es importante señalar que, hasta ahora, toda la evidencia se basa en testimonios anecdóticos y comunicaciones de radio. Los físicos admiten que su estudio se encuentra en el reino de la especulación informada y que se necesita recopilar más datos para investigar a fondo casos como este.
Brandon Melcher, uno de los físicos involucrados en el estudio, enfatiza la importancia de eliminar el estigma que rodea a los avistamientos de OVNIs y aboga por buscar la verdad en lugar de suprimir los hechos y el discurso científico. Para él y su equipo, el caso O’Hare es un experimento mental y una oportunidad para compartir su trabajo sobre la propulsión Alcubierre.
Aunque la FAA atribuyó el evento a un “fenómeno climático” y citó la falta de datos de radar como evidencia, el equipo de Física Aplicada sostiene que las burbujas warp también podrían explicar la falta de señales de radar. Según Melcher, estas burbujas hacen que los rayos de luz se desvíen, lo que dificultaría la detección por radar.
En última instancia, este intrigante episodio del avistamiento de O’Hare plantea más preguntas que respuestas. ¿Podría ser que lo que vieron aquel día fuera una nave propulsada por un motor warp Alcubierre? Si es así, ¿quiénes serían los responsables de una tecnología tan avanzada? Por ahora, el misterio persiste, pero la búsqueda de la verdad continúa en el mundo de la física aplicada y la exploración espacial.