Un encuentro cercano en Australia: Revelan el testimonio de una abducción extraterrestre con advertencia apocalíptica
“Jim”, un ex guardia de seguridad, rompe 38 años de silencio para relatar un episodio de tiempo perdido, procedimientos médicos dolorosos y un mensaje profético sobre el futuro de la humanidad.
La sincronicidad, ese principio de conexiones significativas no causales, a veces teje su red en los lugares más insólitos. Un investigador, que recientemente revisaba literatura sobre el componente sexual en las abducciones, recibió de forma inesperada un correo electrónico que parecía responder directamente a sus lecturas. El remitente, un hombre que pide ser identificado bajo el seudónimo de “Jim”, compartió un relato minucioso y perturbador de una noche de 1986 que, afirma, cambió su vida para siempre.
La Noche del Incidente: Paralización y Levitación
Era la madrugada del viernes 2 de mayo de 1986. Jim, entonces un guardia de seguridad de casi 30 años, comenzaba su turno nocturno en el edificio de ETSA en Greenhill Road, Eastwood. Hacia la 1:30 a.m., mientras descansaba en la sala de enfermería, un zumbido repentino invadió la habitación. Inmediatamente, una parálisis total se apoderó de su cuerpo, ascendiendo desde los pies hasta la cabeza. Incapaz de moverse o gritar, sintió un “empujón sordo” en su pierna derecha antes de experimentar una sensación de levitación que lo impulsó a través de la pared y hacia arriba.
Su siguiente recuerdo consistía en yacer sobre una mesa metálica y fría, bajo una luz intensa, rodeado por tres o cuatro seres de la tipología “gris”: cabezas ovaladas y grandes, ojos negros almendrados, y brazos largos y delgados. “El ser que estaba detrás de mí me dijo telepáticamente que no me harían daño, que estaría bien”, relata Jim. Sin embargo, los procedimientos médicos que realizaron le resultaron “muy dolorosos”.
El Encuentro Íntimo y la Profecía Catastrófica
Tras los exámenes médicos, la experiencia tomó un giro más íntimo y, según Jim, “frío y clínico”. Fue llevado a otra habitación donde una mujer, de apariencia humana, se sentó sobre él hasta lograr la eyaculación. El acto, enfatiza, careció por completo de placer, describiéndolo como un procedimiento mecánico.
Posteriormente, fue conducido a la cabina de mando de la nave, donde observó a dos seres más pequeños operando los controles. Allí, un hombre de mediana edad, con un abrigo y apariencia completamente humana, se le acercó. Este individuo señaló una pared que se transformó en una gran pantalla. En ella, Jim fue testigo de una visión aterradora: la superficie de la Tierra envuelta en llamas y lava, con personas gritando de terror y altas nubes en forma de hongo. “El hombre me dijo que la humanidad no aprende”, recuerda Jim, quien asoció las imágenes a un evento nuclear.
La profecía no terminó ahí. El hombre del abrigo le informó que él y otros serían “reclutados” nuevamente en un futuro cercano, alrededor de 2025 o 2026, para ayudar a calmar y evacuar a personas hacia un lugar seguro, posiblemente otro planeta, antes de que esta catástrofe ocurriera.
Tiempo Perdido y Corroboración Testimonial
El siguiente recuerdo consciente de Jim fue despertar de nuevo en la cama de la sala de enfermería. Al levantarse, la radio bidireccional cobró vida de inmediato: los operadores de la sala de control estaban sumamente preocupados. Su reloj marcaba cerca de las 4:30 a.m.; había perdido aproximadamente tres horas. No pudo justificar su falta de comunicación durante su turno, pero logró conservar su empleo.
Jim vincula su experiencia personal con un avistamiento OVNI registrado esa misma noche en el catálogo del Proyecto 1947, donde testigos en Kensington Road reportaron una “luz blanca baja y lenta” moviéndose hacia el sur de Adelaide. Para Jim, no hay duda: aquella luz era la nave en la que fue abducido.
El relato de 1986 no es un incidente aislado en la vida de Jim. En su comunicación, detalla una historia de avistamientos que se remonta a su infancia en la década de 1960. A los 11 o 12 años, observó un objeto silencioso sobre Brighton Road. Incluso recuerda un encuentro, alrededor de 1967, con varios humanoides en trajes blancos que flotaban cerca de una nave en Dudley Park, un evento que guardó en secreto.
Estas experiencias, junto con sueños recurrentes y experiencias de viajes astrales, pintan el perfil de un testigo con una larga historia de interacción con lo desconocido. “Cumpliré 66 años el próximo mes”, concluye Jim, “y soy RH negativo, para su información”.
Un Relato que Invita a la Reflexión
El testimonio de “Jim”, entregado con un lujo de detalles temporales y contextuales, se presenta como uno de esos relatos complejos que desafían una explicación convencional. Su sincronicidad con la investigación contemporánea sobre el fenómeno de las abducciones añade una capa adicional de intriga. Más allá de la credibilidad que cada lector pueda otorgarle, la historia permanece como un documento fascinante sobre la percepción humana, los límites de la realidad conocida y los ecos de un evento que, para el testigo, fue tan real como traumático. La advertencia profética, con su fecha límite aproximándose, asegura que este relato seguirá generando preguntas sobre el misterioso vínculo entre el fenómeno OVNI y el destino de la humanidad.
Fuente y créditos
AUSTRALIAN ABDUCTIONS: A CATALOGUE OF CASES Compiled by Keith Basterfield – Keith Basterfield 2005
