“Un Encuentro Clasificado” Un F-86D sabre persigue un OVNI sobre Guam
Un piloto de la USAF se enfrenta a un objeto no identificado de capacidades sobrehumanas en los cielos del Pacífico, en un caso oficialmente sin resolver que desafía toda explicación convencional.
En los archivos desclasificados de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y en las páginas de la prensa local de Guam, se acumulan historias que desafían la lógica. Entre ellas, destaca el testimonio del Primer Teniente Ted Brunson, un piloto de caza cuya credibilidad nunca fue puesta en duda, pero cuyo encuentro con lo desconocido durante la Guerra Fría permanece, a día de hoy, como uno de los misterios más persistentes de la aviación militar.
La Persecución Imposible

Ted Brunson, quien se retiró de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos como teniente coronel en 1973, informó haber visto un OVNI mientras volaba un interceptor F-86D sobre Guam en la década de 1950. Él era un primer teniente en ese momento. Su informe, archivado en el Proyecto Libro Azul, fue uno de los 701 informes que la Fuerza Aérea calificó como “no identificado”.
El 1 de enero de 1957, la tranquilidad del espacio aéreo sobre el Océano Pacífico, cerca de Guam, se vio interrumpida por un evento extraordinario. Mientras pilotaba su F-86D Sabre, la nave más veloz en el arsenal estadounidense de la época, el Teniente Ted Brunson del 41° Escuadrón de Caza-Interceptor observó una luz blanca intensa que se aproximaba desde el oeste, pasando por debajo de su aeronave. Inmediatamente, Brunson inició una persecución.


Según relató su hijo, Ty Brunson, en una entrevista reciente, el piloto realizó una maniobra de verificación, invirtiendo el avión para descartar un mero reflejo en la cabina. La luz persistió. “Eso fue negativo; definitivamente era un objeto ahí afuera”, confirmó el piloto a su familia. A pesar de activar la postcombustión para alcanzar la máxima velocidad del F-86D, el objeto no solo mantuvo la distancia, sino que comenzó a burlarse del interceptor.
“Mientras pensaba que se estaba acercando, dijo que la luz comenzó a dar vueltas a su alrededor”, narró su hijo. El objeto demostró una agilidad y una velocidad que superaban cualquier tecnología conocida, rodeando al Sabre, pasando por encima y por debajo, y realizando giros en sentido contrario. “Entonces, sea lo que sea, dijo, era extremadamente rápido. Mucho más allá de nuestra tecnología”, afirmó Ty Brunson.
Un Caso “No Identificado” en los Archivos Oficiales

La desesperada carrera terminó cuando el teniente Brunson, con el combustible al límite y denegado su pedido de refuerzos, regresó a la Base de la Fuerza Aérea Andersen. Su informe fue incorporado al Proyecto Libro Azul, la iniciativa oficial de la USAF para investigar fenómenos aéreos anómalos. La Fuerza Aérea catalogó a Brunson como “muy confiable”, y su caso se encuentra entre el 5% de los 12.618 avistamientos investigados que permanecen oficialmente “no identificados”.
Este no fue un incidente aislado en la historia de Guam. Documentos obtenidos a través de la Ley de Libertad de Información y publicados en The Black Vault revelan un avistamiento previo en 1947, donde tres soldados describieron objetos con “forma de media luna” que se desplazaban en zigzag a una velocidad el doble de la de un caza. La prensa local también se hizo eco de múltiples fenómenos. Titulares como “La policía caza OVNIs” (Pacific Daily News, 1980) o informes sobre una “luz azul misteriosa” avistada por docenas en 1990, muestran una cronología de eventos inexplicables.
Testimonios Corroborantes y la Seriedad de los Testigos
La credibilidad de estos informes se ve reforzada por el perfil de los testigos. En 1988, el Sargento Andrew Anderson, un oficial de policía en patrulla en Dededo, observó una “luz azul en forma de cigarro” flotando de manera estática cerca del Aeropuerto Internacional de Guam. Anderson, en declaraciones recientes, describió cómo el objeto se movía erráticamente antes de desaparecer instantáneamente. “Simplemente ‘¡puf!’… se disparó”, relató.
Para estos profesionales, reportar un OVNI conllevaba un riesgo considerable para sus carreras. Tanto Brunson como Anderson enfatizaron que su deber era informar con precisión lo observado, sin especulaciones. Anderson señaló que un falso reporte policial significaría el despido y un posible enjuiciamiento. “No es una broma”, afirmó. Ty Brunson corroboró esta actitud en su padre: “Nunca dijo que fuera un platillo volante… Simplemente dijo que parecía ser inteligente y era un OVNI”.
Los archivos de la Base Andersen contienen más casos, como el de un objeto “circular o esférico” avistado por numeroso personal en 1959, que cambiaba de color y para el cual “no se determinó la verdadera naturaleza”. El encuentro del Teniente Ted Brunson no es una anécdota aislada, sino parte de un patrón histórico de fenómenos aéreos no identificados en los cielos de Guam. A pesar de la seriedad de los testigos y la exhaustiva documentación oficial, estos eventos carecen de una explicación definitiva. Persisten como recordatorios de que, incluso en la era de la tecnología más avanzada, el cielo puede guardar misterios que desafían nuestra comprensión.
