Un encuentro OVNI sobre Alaska: Avión que transportaba personal militar estadounidense desde Alaska a Japón se convirtió en testigo de un fenómeno inexplicable
El 11 de febrero de 1965, un vuelo de la aerolínea Flying Tiger que transportaba personal militar estadounidense desde Alaska a Japón se convirtió en testigo de un fenómeno inexplicable que dejaría perplejos a los pilotos y la tripulación a bordo.
Aproximadamente cuatro horas después de despegar de Anchorage en dirección a Tachikawa, Japón, la tripulación del avión se encontró con una formación de tres objetos voladores no identificados (OVNIs) ovalados, que también fueron detectados por el radar de la aeronave.
El asombroso encuentro llevó al capitán del vuelo a solicitar la presencia de un navegante aéreo de rango, quien confirmó la presencia de tres blips de radar que mantenían una posición constante a unas cinco millas del ala del avión. A medida que la tripulación y el capitán observaban con asombro, los ovnis se manifestaron como tres gigantescos objetos ovalados de un intenso color rojo brillante, exactamente donde los mostraba el radar.
Lo más desconcertante fue que estos misteriosos objetos continuaron escoltando al avión durante aproximadamente 30 minutos, manteniendo su posición cerca de la aeronave. Según relató un informante del NICAP (Comité Nacional de Investigación de Fenómenos Aéreos), cuando finalmente se alejaron, lo hicieron ascendiendo verticalmente a una velocidad asombrosa.
Durante este periodo de observación intensa, el navegante aéreo se dedicó a realizar mediciones meticulosas del tamaño aparente de los OVNIs. Utilizando métodos de estimación convencionales, determinó que los objetos tenían un diámetro aparente de dos pulgadas y media cuando se veían con el brazo extendido. Extrapolando esta información con el alcance de cinco millas mostrado por el radar, se llegó a la asombrosa conclusión de que la longitud real de estos objetos era de aproximadamente 1000 pies.
Incluso considerando un margen de error conservador, esta cifra sugiere que los OVNIs eran de dimensiones colosales, alcanzando los 700 pies o más en tamaño real.
Este incidente, documentado con detalle y precisión, es uno de los numerosos casos que desafían toda explicación convencional sobre la presencia de objetos misteriosos en nuestros cielos. A pesar del paso del tiempo, el encuentro entre el vuelo de la Flying Tiger y los OVNIs sigue siendo uno de los enigmas más fascinantes y desconcertantes en la historia de la ufología.