Un Misterio Cósmico Revelado: Ho’oleilana, una burbuja fosilizada de 10.000del Big Bang
En los confines del vasto cosmos, donde las estrellas destellan y las galaxias danzan en la inmensidad del espacio, los astrónomos han tropezado con un enigma que desafía nuestras nociones convencionales del universo. Se trata de Ho’oleilana, una estructura misteriosa de proporciones colosales, que ha dejado perplejos a los científicos y avivado nuestra comprensión del cosmos.
Situada a casi mil millones de años luz de distancia de nuestra galaxia, la Vía Láctea, Ho’oleilana se presenta como un fenómeno celestial asombroso. Esta gigantesca estructura se compone de un grupo de galaxias que se agrupan alrededor de un inmenso vacío esférico, cuyo diámetro se extiende a lo largo de 820 millones de años luz. Pero lo que la hace aún más intrigante es su posible relación con el nacimiento del universo, el Big Bang.
Bautizada con un nombre que evoca la esencia misma de la creación hawaiana, Kumulipo, Ho’oleilana podría ser una reliquia congelada del inicio del cosmos. Los científicos creen que es una oscilación acústica bariónica, una onda de presión que ha perdurado a lo largo del tiempo desde el comienzo del universo, propagándose a escalas galácticas debido a la expansión cósmica.
Este descubrimiento fortuito, anunciado en The Astrophysical Journal el 5 de septiembre, ha desafiado las expectativas de los científicos. Brent Tully, un astrónomo de la Universidad de Hawai’i en Manoa, comentó: “No lo estábamos buscando. Es tan grande que se derrama hasta los bordes del sector del cielo que estábamos analizando”. Esta inmensa burbuja cósmica plantea la posibilidad de que el universo se esté expandiendo a una velocidad mayor de lo que se pensaba inicialmente, lo que podría tener implicaciones significativas para nuestra comprensión de la cosmología.
Según el modelo estándar de la cosmología, el universo se formó después del Big Bang, cuando el cosmos en su juventud estaba lleno de un plasma turbulento compuesto por partículas de materia y antimateria que surgieron y se aniquilaron mutuamente. La gravedad actuó sobre estas bolsas de plasma, comprimiendo y calentando la materia, dando lugar a las oscilaciones acústicas bariónicas, ondas sonoras que viajaban a la mitad de la velocidad de la luz. Estas ondas dispersaron la materia, creando halos alrededor de los grupos de galaxias.
El hallazgo de este inmenso vacío cósmico se produjo mientras los astrónomos estaban compilando un catálogo de 55,877 galaxias, mapeando patrones en su disposición en el espacio. Lo que emergió fue un anillo de un billón de años luz de ancho, adornado con galaxias y conectado a filamentos cósmicos, mientras que su interior permanecía vacío, excepto por un supercúmulo de galaxias conocido como el Supercúmulo de Boötes, situado en su centro.
Daniel Pomarede, cosmógrafo de la Universidad CEA Paris-Saclay en Francia, explicó: “Soy el cartógrafo del grupo, y mapear Ho’oleilana en tres dimensiones nos ayuda a comprender su contenido y su relación con su entorno”. Añadió: “Fue un proceso asombroso construir este mapa y ver cómo la estructura de caparazón gigante de Ho’oleilana está compuesta de elementos que fueron identificados en el pasado como algunas de las estructuras más grandes del universo”.
La sorprendente dimensión de Ho’oleilana, más grande que la mayoría de las oscilaciones acústicas bariónicas conocidas, ha llevado a los investigadores a considerar la posibilidad de que el universo esté expandiéndose a una velocidad más acelerada de lo que se creía. La tasa de expansión estimada, aproximadamente 76.9 kilómetros por segundo por megaparsec, desafía el rango estándar de 67 a 74.
Para confirmar esta hipótesis, los científicos planean llevar a cabo observaciones más detalladas de esta monumental burbuja cósmica petrificada. En última instancia, Ho’oleilana se erige como una ventana hacia los misterios más profundos de nuestro universo, un recordatorio de que en el vasto cosmos siempre hay secretos por descubrir y preguntas por responder.