Una pequeña adición de grafeno hará que el hormigón sea virtualmente invulnerable al agua y a las grietas.

Una investigación reciente de la Universidad Northwestern en los Estados Unidos ha demostrado que agregar una pequeña cantidad de grafeno puede aumentar la resistencia del concreto al agua y las grietas.

Con todas las ventajas indiscutibles del hormigón, uno de sus principales problemas es el impacto sobre el medio ambiente. Todos los productores mundiales de hormigón representan hasta el 8% de las emisiones globales de CO2. Una forma en que los investigadores están tratando de reducir este impacto es mejorando las propiedades del hormigón para que dure más, reduciendo la necesidad de producir nuevos lotes de material.

La investigación muestra que las grietas son una de las principales causas de fallas en las estructuras de hormigón. Tan pronto como llega el agua, crecen (si este proceso no se detiene) a un tamaño crítico.

Para contrarrestar este problema, los científicos han desarrollado una opción de refuerzo de hormigón que lo hace más resistente al agua. Para obtener el resultado deseado, utilizaron nanotubos de carbono, nanofibras y nanoplacas, cuya eficacia se ha confirmado mediante pruebas de rayado.

El principal resultado de los experimentos es que el cemento con un aditivo de grafeno hace que el hormigón sea más resistente a los daños mecánicos al reducir su porosidad, lo que reduce la penetración de agua en el interior hasta en un 78%.

 

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