¿Vida Extraterrestre en el Fondo del Mar? Científica Lidera Expedición Revolucionaria en la Fosa de Atacama
Lauren Seyler, profesora asistente de Biología en la Universidad de Stockton y astrobióloga, sostiene que la búsqueda de vida extraterrestre comienza mucho más cerca de casa: en el fondo del océano. Este verano, Seyler co-lideró una expedición de investigación en la costa de Chile, explorando la Fosa de Atacama a profundidades superiores a los 9.300 pies para estudiar las misteriosas filtraciones de metano.
El objetivo de esta expedición era localizar zonas llamadas filtraciones, donde se libera energía química, como el gas metano. Usando un vehículo operado a distancia (ROV), el equipo tomó muestras de sedimentos y grabó videos para observar cómo el metano fomenta la vida en un entorno donde la luz solar, la fuente de energía más común en la Tierra, no puede llegar.
“El metano es una gran fuente de energía”, explicó Seyler. “Las fuentes de energía química son verdaderamente extrañas y fascinantes. Este tipo de vida es muy diferente de lo que vemos en nuestra vida cotidiana”.
Lauren Seyler, profesora adjunta de Biología, posa en su laboratorio con una muestra de sedimento recolectada del fondo marino de la fosa de Atacama, frente a la costa de Chile. Seyler, que también se dedica a la astrobiología, fue la científica codirectora de una expedición con el Instituto Oceanográfico Schmidt.
La astrobiología, un campo de estudio que data de los años 1950 y 1960, se centra en cómo se originó la vida en la Tierra y cómo podría formarse en otros mundos. Este campo incorpora disciplinas como la química, física, geología, biología y oceanografía.
Seyler, quien también enseñará una clase de astrobiología en Stockton, afirmó: “Estamos tratando de averiguar cómo se originó la vida en la Tierra a partir de la geoquímica. ¿Cómo se desarrolló la vida desde la química hasta las células y la vida multicelular? ¿Y cómo se relaciona eso con la historia del planeta en su conjunto?”
La búsqueda de vida extraterrestre a menudo se superpone con la oceanografía, ya que la vida en la Tierra requiere agua. Existen otros mundos oceánicos en nuestro sistema solar, como Europa, luna de Júpiter, y Encélado, luna de Saturno, que podrían albergar vida que utiliza fuentes químicas de energía en lugar de la luz solar.
La expedición permitió a Seyler y su equipo estudiar cómo un ecosistema dependiente del metano crea microbios y otras formas de vida. Esta misión fue posible gracias al Schmidt Ocean Institute y su avanzado buque de investigación, el Falkor.
A pesar de los modernos equipos y la tecnología a bordo, la expedición no estuvo exenta de desafíos. Un retraso en la obtención de permisos redujo el tiempo de la misión de dos semanas a solo seis días. Además, tuvieron que buscar en el fondo del océano con un sonar multihaz y un ROV, esperando encontrar filtraciones de metano.
Finalmente, el cuarto día, el ROV descubrió un “oasis en el fondo del mar”: una filtración de metano que sostenía una variada vida marina, incluidas bacterias, almejas, gusanos tubícolas y pepinos de mar.
“Hábitats como las filtraciones de metano demuestran que la energía química puede sustentar más que solo microbios. También podría haber organismos más grandes, lo que hace que la búsqueda de vida en otros mundos sea aún más emocionante”, afirmó Seyler.
Seyler trajo de vuelta a Stockton una gran cantidad de muestras de sedimentos para trabajar con sus estudiantes. Estos analizarán el ADN de las comunidades microbianas en los sedimentos, secuenciarán y categorizarán los datos para estudios futuros. Además, Seyler colaborará con geólogos y astrobiólogos para investigar los compuestos que los microbios podrían estar produciendo.
Amanda Norvell, decana de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de Stockton, expresó: “Somos muy afortunados de que la Dra. Seyler haya podido liderar esta emocionante expedición de investigación. Esta oportunidad no solo contribuye a nuestra comprensión de las grandes preguntas sobre el origen de la vida, sino que también trae esa ciencia a nuestros laboratorios y aulas”.
La expedición de Lauren Seyler a la Fosa de Atacama ha sido una experiencia formativa, tanto personal como profesionalmente. Este tipo de investigaciones no solo amplían nuestro conocimiento sobre los orígenes de la vida en la Tierra, sino que también proporcionan pistas valiosas sobre cómo podría existir vida en otros mundos. La combinación de tecnología avanzada, colaboración internacional y perseverancia ha permitido descubrir nuevos ecosistemas en el fondo del océano, ofreciendo un vistazo fascinante a las posibles formas de vida extraterrestre.