Avance prometedor: Médico Australiano sin rastros de cáncer terminal después de tratarse con su propia terapia

Un médico australiano, Richard Scolyer, ha revelado que lleva un año sin rastros del cáncer terminal que padecía, luego de someterse a un tratamiento experimental basado en una investigación que él ayudó a desarrollar sobre el melanoma, un tipo de cáncer de piel.

Scolyer, de 57 años, fue diagnosticado en junio del año pasado con glioblastoma, un tipo de tumor cerebral agresivo y de rápido crecimiento. Según explica The Brain Tumor Charity, una organización benéfica dedicada a financiar investigaciones sobre tumores cerebrales, el tiempo medio de supervivencia del glioblastoma es de 12 a 18 meses, con solo el 25 % de los pacientes sobreviviendo más de un año y solo el 5 % sobreviviendo más de cinco años.

Este profesional, reconocido como uno de los médicos más respetados de su país, y su equipo del Instituto de Melanoma de Australia, lograron previamente un gran avance en el tratamiento del cáncer de piel. Descubrieron que la inmunoterapia funciona de manera más efectiva cuando se utiliza una combinación de medicamentos y se administra antes de cualquier cirugía para extirpar un tumor.

Aunque este enfoque había sido exitoso en el tratamiento del cáncer de piel, nunca se había utilizado para combatir el cáncer cerebral. Sin embargo, el doctor decidió probar su método en tumores cerebrales, convirtiéndose en el “paciente cero”, utilizando una combinación de inmunoterapia, cirugía, radioterapia y una vacuna personalizada.

En una reciente actualización de su tratamiento, publicada en su cuenta de X el pasado 13 de mayo, Scolyer expresó su alegría: “¡No podría estar más feliz!”. Informó que una resonancia magnética cerebral realizada la semana anterior no mostró signos de recurrencia del glioblastoma ni de complicaciones relacionadas con el tratamiento.

Aunque reconoce que esto no significa que su cáncer cerebral esté curado, Scolyer se muestra optimista y agradecido por el tiempo adicional para disfrutar su vida junto a su esposa Katie y sus tres hijos.

Los resultados hasta ahora han generado un gran entusiasmo en el equipo de expertos involucrados, quienes esperan que este tratamiento experimental eventualmente beneficie a las aproximadamente 300.000 personas diagnosticadas con cáncer cerebral cada año en todo el mundo.

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