Avistamientos de OVNIs en Maralinga: El misterioso vínculo entre los fenómenos aéreos no identificados y las pruebas nucleares británicas en Australia (1956-1963)
Testimonios detallados y documentos desclasificados revelan avistamientos de objetos voladores no identificados durante las pruebas atómicas en el remoto desierto australiano
En el vasto y árido desierto de Maralinga, Australia del Sur, entre 1956 y 1963, el gobierno británico llevó a cabo una serie de pruebas nucleares que cambiaron para siempre el paisaje y la historia de la región. Sin embargo, lo que pocos saben es que este remoto lugar, ubicado a 845 kilómetros al noroeste de Adelaida, también fue escenario de una serie de avistamientos de fenómenos aéreos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés). Estos eventos, documentados por testigos presenciales y respaldados por archivos oficiales, han generado un intenso debate sobre la posible conexión entre los UAP y las actividades nucleares.
Este artículo explora tres avistamientos clave ocurridos en Maralinga durante ese período, basándose en testimonios de testigos, documentos desclasificados y análisis de expertos. ¿Fueron estos fenómenos meras coincidencias o existe un vínculo más profundo entre los UAP y las pruebas nucleares?
El avistamiento del 1 de junio de 1956: El objeto brillante sobre Watson
El primer caso documentado ocurrió el 1 de junio de 1956, cuando Harry Woolfall, un conductor de camiones que trabajaba en el puesto de avanzada de Airstrip, presenció un objeto luminoso en el cielo. Según su relato, publicado años después en el periódico Sunday Mail de Adelaida, el objeto era “muy brillante, muy largo y un poco como un cohete”, con luces que parecían ventanas a los lados.
Woolfall describió cómo el objeto se movía lentamente de oeste a este, deteniéndose sobre Watson, a unos 6 kilómetros de distancia. Aunque no escuchó ningún sonido, el fenómeno fue observado por varios de sus compañeros, quienes también se detuvieron para contemplarlo. A pesar de la claridad del avistamiento, los trabajadores no le dieron mayor importancia en ese momento, atribuyéndolo quizás a las tensiones y el estrés del trabajo en una zona de pruebas nucleares.
Este caso, aunque no fue investigado en profundidad en su momento, destaca por la consistencia de los testimonios y la ubicación estratégica del avistamiento, cerca de un área donde se preparaban cámaras para registrar las explosiones nucleares.
El incidente del cabo de la RAF en octubre/noviembre de 1957: Una “vista magnífica” sobre el aeródromo
El segundo avistamiento ocurrió durante las pruebas nucleares de la Operación Antler, llevadas a cabo en septiembre y octubre de 1957. Un cabo de la Real Fuerza Aérea Británica (RAF), estacionado en Maralinga, relató un evento extraordinario que tuvo lugar justo antes del anochecer.
El testigo describió un objeto azul plateado con un brillo metálico y una fila de “ventanas” o “ojos de buey” a lo largo de su borde. El objeto flotaba en silencio sobre el aeródromo, visible con tal claridad que los presentes podían distinguir detalles en su superficie. El oficial de control de tráfico aéreo confirmó que no había aeronaves conocidas en la zona, y los aeródromos cercanos de Alice Springs y Edimburgo reportaron no tener ningún tráfico aéreo en ese momento.
Lo más intrigante de este caso es que, debido al alto secreto que envolvía las pruebas nucleares, todas las cámaras en Maralinga estaban bajo llave y no se permitió tomar fotografías. Después de unos 15 minutos, el objeto desapareció rápidamente y en silencio, dejando a los testigos con más preguntas que respuestas.
El avistamiento del 15 de julio de 1960: La luz roja sobre Wewak
El tercer caso ocurrió el 15 de julio de 1960, cuando un alguacil llamado Maxwell reportó haber visto una luz en el cielo cerca de Roadside, a 13 millas de la aldea de Maralinga. La luz, que inicialmente era blanca, aumentó de tamaño y cambió a un color rojo antes de desaparecer.
Cuatro personas más en la aldea de Maralinga también informaron haber visto la luz, aunque las duraciones de los avistamientos variaron entre 2 y 15 segundos. Lo más sorprendente es que el físico nuclear O. Harry Turner, quien trabajaba como oficial de seguridad en el sitio, investigó el incidente y concluyó que se trataba de un objeto volador no identificado.
Este caso es particularmente relevante porque fue documentado en los archivos nacionales de Australia, lo que sugiere que las autoridades tomaron en serio el avistamiento, a pesar de la falta de una explicación concluyente.
¿Coincidencia o conexión?
Los avistamientos de UAP en Maralinga durante el período de pruebas nucleares británicas plantean preguntas fascinantes sobre la posible relación entre estos fenómenos y las actividades humanas de alto impacto, como las explosiones atómicas. Aunque no existe evidencia concluyente que demuestre un vínculo directo, la consistencia de los testimonios y la ubicación estratégica de los avistamientos sugieren que estos eventos merecen una investigación más profunda.
Maralinga, un lugar ya marcado por la controversia y el secreto, parece guardar aún más misterios en sus vastos desiertos. ¿Fueron estos objetos meros productos de la imaginación humana bajo condiciones extremas, o representan algo más profundo y desconocido? La respuesta, por ahora, sigue siendo un enigma.
Con información de ufos-scientificresearch.blogspot.com