Descubren el agujero negro estelar más masivo en la Vía Láctea

Este martes, la Agencia Espacial Europea (ESA) anunció un emocionante hallazgo astronómico: un grupo internacional de astrónomos ha descubierto el agujero negro estelar más masivo jamás identificado en nuestra galaxia, la Vía Láctea.

Los agujeros negros de masa estelar, como su nombre lo indica, se forman a partir del colapso de estrellas con una masa de nacimiento entre 8 y 10 veces la del Sol. Una vez que estas estrellas agotan su combustible, principalmente hidrógeno, colapsan bajo su propia gravedad para formar estos misteriosos objetos cósmicos. Sin embargo, al no tener un objeto cercano para extraer materia, estos agujeros negros, denominados “inactivos”, no emiten luz y son difíciles de detectar con los métodos observacionales convencionales.

El objeto recién descubierto, bautizado como Gaia BH3, se encuentra a una distancia de 1.926 años luz de la Tierra, en la constelación de Aquila. Con una masa equivalente a 33 veces la del Sol, Gaia BH3 se destaca como el agujero negro estelar más masivo encontrado en nuestra galaxia hasta la fecha. Antes de este descubrimiento, el agujero negro más grande de esta clase conocido en la Vía Láctea era Cygnus X-1, con una masa 20 veces mayor que la del Sol.

Este hito en la astronomía fue posible gracias a los datos recopilados por el telescopio espacial Gaia, cuya misión es mapear la estructura tridimensional de nuestra galaxia. La posición de Gaia BH3 fue confirmada por el telescopio terrestre VTL, ubicado en el desierto de Atacama, Chile.

Uno de los aspectos más intrigantes de este descubrimiento es el peculiar compañero estelar que orbita alrededor de Gaia BH3. Se trata de una antigua estrella gigante que se formó en los primeros 2.000 millones de años después del Big Bang. Lo más notable es que esta estrella parece carecer de elementos pesados más allá del hidrógeno y el helio, sugiriendo que la estrella masiva que dio origen al agujero negro también podría haber sido pobre en estos elementos.

Esta revelación apoya la teoría de que los agujeros negros de gran masa, detectados mediante observaciones de ondas gravitacionales, pueden haber sido producidos por el colapso de estrellas masivas primitivas con una cantidad limitada de elementos pesados.

El análisis de la composición de la estrella que orbita Gaia BH3 proporciona valiosa información sobre los procesos de formación de estos objetos astronómicos. Según la científica Elisabetta Caffau, no hay evidencia de contaminación en esta estrella por material expulsado durante la explosión de supernova de la estrella masiva que se convirtió en Gaia BH3. Esto sugiere la posibilidad de que el agujero negro haya adquirido este compañero estelar después de su formación, capturándolo de otro sistema estelar.

El descubrimiento de Gaia BH3 abre nuevas puertas para comprender la naturaleza y evolución de los agujeros negros estelares, así como los procesos cósmicos que los rodean. Este hito representa un emocionante avance en nuestro conocimiento del universo y plantea nuevas preguntas que los científicos esperan responder en los próximos años.

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