El Misterioso OVNI de 1990: Otro caso similar al OVNI de Calvine, Escocia
Un objeto en forma de diamante avistado en Escocia y desde un avión militar sigue generando debates 35 años después. ¿Qué oculta el cielo sobre nuestras cabezas?
En la noche del 4 de agosto de 1990, cerca de Calvine, Escocia, dos hombres captaron lo que parecía ser un objeto volador no identificado (OVNI) con forma de diamante. Después de varios minutos de observación, el objeto despegó a una velocidad impresionante, dejando tras de sí preguntas sin respuesta que perduran hasta hoy. Sin embargo, lo que pocos saben es que este avistamiento no fue un caso aislado: otro objeto similar fue detectado desde un avión militar ese mismo año.
Dos avistamientos en un mismo año: Calvine y el vuelo del AWACS
Mientras el incidente de Calvine ha sido ampliamente documentado, un avistamiento menos conocido ocurrió a bordo de un avión del Sistema de Control y Advertencia Aerotransportada (AWACS) de la Real Fuerza Aérea Británica. En enero de 1990, durante un vuelo entre Islandia y Escocia, el sargento estadounidense Lenval Logan observó un objeto que desafió toda lógica aeronáutica conocida.
Logan, entonces miembro de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, describió el objeto como un diamante o una punta de flecha que se movía a gran velocidad y de manera errática, entrando y saliendo de las nubes. Según su relato, el objeto cambiaba de color, pasando de negro a blanco, y parecía desplazarse a vectores impredecibles.
Un fenómeno intrigante en las pantallas del radar
Los detalles de este segundo avistamiento se dieron a conocer recientemente en una entrevista que Logan concedió en YouTube al presentador Harald Havas. Según Logan, el personal británico que operaba el radar AWACS también detectó el objeto, el cual aparecía en posiciones diferentes en cada barrido del radar, como si zigzagueara a velocidades imposibles para cualquier aeronave conocida.
A pesar de los esfuerzos por comunicarse con el misterioso artefacto, este nunca respondió. Intentos de enviar aviones a interceptarlo resultaron inútiles, pues el objeto desaparecía rápidamente. Según Logan, los operadores de radar británicos llegaron a considerar el fenómeno como una “broma cósmica”, pues sabían de su existencia pero no podían identificarlo ni explicarlo.
Conexión con el OVNI de Calvine
Años después, Logan supo del avistamiento en Calvine y vio una imagen del objeto captado esa noche. Para su sorpresa, reconoció inmediatamente la forma y características del OVNI que había visto en enero de 1990. En su entrevista, declaró que el objeto de Calvine era idéntico al que había observado desde el AWACS.
Aunque no pudo estimar el tamaño del objeto ni su altitud exacta, Logan describió sus movimientos como “no convencionales” y enfatizó que nunca había visto algo parecido.
El contexto de los avistamientos de 1990
El avistamiento de Logan ocurrió durante un período de intensa actividad de OVNIs en Europa, conocido como la oleada belga. Sin embargo, Logan no estaba familiarizado con estos eventos hasta años después. Su experiencia lo llevó a preguntarse si el objeto era parte de un proyecto secreto estadounidense o una tecnología avanzada desconocida.
Posteriormente, Logan trabajó como contratista en el ámbito de los Fenómenos Aéreos No Identificados (FANIs) y desarrolló una aplicación llamada Phenom para recopilar datos sobre avistamientos. Su interés por los OVNIs se ha mantenido a lo largo de las décadas.
Conclusión: más preguntas que respuestas
El caso del OVNI de 1990 plantea numerosas interrogantes. Si bien algunos especulan que podría tratarse de tecnología militar avanzada, otros sugieren que el objeto podría ser de origen extraterrestre. Sea cual sea la verdad, los testimonios como el de Lenval Logan y las imágenes de Calvine son un recordatorio de cuánto desconocemos sobre lo que ocurre en nuestros cielos.
En un mundo cada vez más interconectado, donde la tecnología permite analizar y compartir información más rápido que nunca, el misterio de los OVNIs sigue siendo un desafío tanto científico como filosófico. Quizá algún día, los datos recopilados por aplicaciones como Phenom o proyectos de radar militar nos brinden respuestas definitivas.