El ruido de los aviones aumenta significativamente el riesgo de infarto y la gravedad de sus consecuencias

La enfermedad cardiovascular ha sido líder indiscutible entre otras dolencias en términos de mortalidad durante muchos años, y uno de los principales asesinos de esta triste lista es el infarto de miocardio.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), solo en los Estados Unidos, el infarto de miocardio se registra cada 40 segundos, y en Australia hace tres años, la cantidad de ataques cardíacos, incluido el IM, en personas mayores de 25 años. llegó a unos 160 por día.

Las causas que provocan las enfermedades cardiovasculares son bien conocidas: herencia, hipertensión arterial, colesterol alto, sobrepeso, diabetes, tabaquismo, sedentarismo y otras. Y recientemente, los empleados del Centro Médico Universitario de Maguncia (Alemania) agregaron inesperadamente el ruido de los aviones a esta lista.

Esto se hizo evidente después de una serie de experimentos con ratones, a los que los médicos expusieron al sonido de motores de aviones con un nivel de ruido de 72 a 85 dB las 24 horas del día durante cuatro días. A modo de comparación, el volumen de una voz humana durante una conversación es 60-70, un despertador 70-80 y una aspiradora 60-80 dB.

Como mostraron los experimentos, bajo la influencia de un fuerte ruido, las células inflamatorias comenzaron a adherirse a las paredes de los vasos sanguíneos de los ratones, después de lo cual los médicos les provocaron un ataque cardíaco, bloqueando uno de los principales vasos sanguíneos que irrigan el corazón. En ratones expuestos a ruidos fuertes, la función cardíaca se deterioró significativamente más y el área de daño del músculo cardíaco aumentó debido a una mayor respuesta inmunitaria.

Conclusión: el ruido alto, comparable al ruido de los motores de los aviones, es un factor de riesgo importante para las personas con predisposición al infarto de miocardio.

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