Estudio “Una sobredosis de sandía es mortal para las personas con riñones debilitados.”
En las páginas de la prestigiosa revista Annals of Internal Medicine aparecieron informes sobre tres estudios científicos que demuestran el peligro potencial para la vida de una sandía común. Resulta que esta baya puede representar una grave amenaza para las personas con riñones debilitados. Los médicos ya han registrado varios casos en los que personas terminaron en cuidados intensivos por culpa de una sandía madura y jugosa, después de no tener fuerzas para rechazar algunas rodajas.
Según los médicos, alrededor del 14% de la población estadounidense padece diversas enfermedades renales. El problema es que sólo una de cada diez personas sabe que está enferma. Las personas suelen descubrir que tienen insuficiencia renal cuando los síntomas se vuelven evidentes. Además, la gente considera que la sandía es un producto completamente seguro, sabiendo que está compuesta por un 92% de agua. Mientras tanto, las sandías son ricas en potasio, lo cual es bueno y no muy bueno.
En general, el potasio es vital para los humanos. Asegura el funcionamiento normal de las células, el funcionamiento de los músculos y los nervios. También afecta el mantenimiento de los niveles de líquido en las células. Es importante que su nivel en sangre esté entre 3,60 y 5,20 mmol/l. El más peligroso es un exceso significativo de este valor, llamado hiperpotasemia. Su forma leve no presenta síntomas, pero su forma grave puede provocar alteraciones del ritmo cardíaco e incluso parálisis.
Están en riesgo las personas que padecen una enfermedad renal: su órgano no puede hacer frente a la eliminación del exceso de potasio del cuerpo. Los médicos les aconsejan que tengan mucho cuidado al consumir sandía. Cabe recordar que una porción media contiene más de una dosis y media diaria de potasio. Al mismo tiempo, la OMS recomienda que las personas sin insuficiencia renal, por el contrario, aumenten su ingesta de potasio. Tiene un efecto beneficioso sobre el sistema cardiovascular, reduce la presión arterial y el riesgo de accidente cerebrovascular.