Vida extraterrestre a 60 años luz de la tierra señala Astrónomo
En 1960, mientras se preparaba para la primera reunión sobre la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI), el legendario astrónomo y pionero de SETI, el Dr. Frank Drake, reveló su ecuación probabilística para estimar el número de posibles civilizaciones en nuestra galaxia. La ecuación de Drake se convirtió en un faro de esperanza para aquellos que anhelaban la confirmación de que no estamos solos en el vasto cosmos. Un parámetro clave en esta ecuación fue “n e”, la cantidad de planetas en nuestra galaxia capaces de sustentar vida, también conocidos como “habitable”.
En aquel entonces, los astrónomos aún no estaban seguros de que otras estrellas tuvieran sistemas de planetas. Pero gracias a misiones como Kepler, hemos confirmado la existencia de 5,523 exoplanetas, ¡y otros 9,867 esperan confirmación! Basándonos en estos datos, los astrónomos han elaborado diversas estimaciones sobre el número de planetas habitables en nuestra galaxia: ¡al menos 100 mil millones, según una estimación!
En un estudio reciente, el profesor Piero Madau presentó un marco matemático para calcular la población de planetas habitables dentro de 100 parsecs (326 años luz) de nuestro Sol. Suponiendo que la Tierra y el Sistema Solar sean representativos de la norma, Madau calculó que este volumen de espacio podría contener hasta 11,000 exoplanetas terrestres (también conocidos como rocosos) del tamaño de la Tierra que orbitan dentro de las zonas habitables (HZ) de sus estrellas.
Madau, profesor de astronomía y astrofísica en la Universidad de California, Santa Cruz (UCSC), se basó en el Principio Copérnico, llamado así en honor al famoso astrónomo polaco Nicolás Copérnico, inventor del modelo heliocéntrico. Este principio establece que ni los humanos ni la Tierra están en una posición privilegiada para observar el Universo; lo que vemos al mirar el Sistema Solar y el cosmos es representativo del todo.
Para su estudio, Madau consideró cómo los factores dependientes del tiempo desempeñaron un papel vital en el surgimiento de la vida en nuestro Universo. Esto incluye la historia de formación estelar de nuestra galaxia, el enriquecimiento del medio interestelar (ISM) por elementos pesados, la formación de planetas y la distribución de agua y moléculas orgánicas entre planetas.
El papel central del tiempo y la edad no se enfatiza explícitamente en la Ecuación de Drake. Como explicó Madau, la ecuación de Drake resume los factores que pueden afectar la probabilidad de detectar mundos portadores de vida y civilizaciones extraterrestres avanzadas a nuestro alrededor hoy, pero estos factores dependen de la formación estelar y la historia del enriquecimiento químico del disco galáctico local, así como de la línea de tiempo del surgimiento de vida microbiana simple y compleja.
La Tierra es relativamente joven en nuestra galaxia, formándose hace unos 4,500 millones de años. La vida, por otro lado, tardó unos 500 millones de años en emerger de las condiciones primordiales que existían en la Tierra hace 4,000 millones de años. Siguió un largo proceso de evolución química y biológica, que finalmente condujo a condiciones adecuadas para la vida compleja.
Dada la importancia de estos pasos dependientes del tiempo, Madau sostiene que la ecuación de Drake es solo una parte de la historia. Mirando más allá, creó un marco matemático para estimar cuándo se formaron “planetas terrestres templados” (TTP) en nuestro rincón de la galaxia y cuándo podría haber surgido vida microbiana.
Este marco permite a los astrónomos determinar qué estrellas objetivo potenciales pueden ser candidatas óptimas en la búsqueda de biofirmas atmosféricas. Su enfoque considera la población local de estrellas de larga vida, exoplanetas y TTP como una serie de ecuaciones matemáticas, que pueden resolverse numéricamente en función del tiempo.
En última instancia, el análisis de Madau mostró que dentro de 100 parsecs del Sol, puede haber hasta 10,000 planetas rocosos orbitando alrededor de las zonas habitables de sus estrellas. También descubrió que la formación de TTP cerca de nuestro Sistema Solar probablemente fue episódica, comenzando hace aproximadamente 10 a 11 mil millones de años, seguido de otro evento que alcanzó su punto máximo hace unos 5 mil millones de años y que produjo el Sistema Solar.
Otra conclusión interesante del marco matemático de Madau indica que la mayoría de los TTP dentro de 100 parsecs probablemente sean más antiguos que el Sistema Solar, lo que confirma que llegamos relativamente tarde a la fiesta.
Estas revelaciones tienen implicaciones significativas para la búsqueda de vida extraterrestre. Utilizando la línea de tiempo generalmente aceptada del surgimiento de la vida en la Tierra y aplicando una estimación conservadora de la prevalencia de la vida en otros planetas, el marco de Madau también indicó que el exoplaneta más cercano que alberga vida podría estar a menos de 20 parsecs de distancia.
Por supuesto, no hay garantías de que algún TTP cercano a nuestro Sistema Solar albergue vida. Las causas y los puntos comunes de la abiogénesis es una de las actividades científicas menos comprendidas, principalmente porque cuenta con muy pocos datos. Armados con un solo ejemplo (la Tierra y los organismos terrestres), los científicos no pueden decir con seguridad qué combinación de condiciones es necesaria para que surja la vida.
Sin embargo, el trabajo de Madau podría tener importantes implicaciones para la astrobiología en un futuro próximo. Utilizando nuestro Sistema Solar como guía, junto con muchos otros parámetros para los cuales existen volúmenes de datos, los científicos podrán priorizar los sistemas estelares para la investigación utilizando telescopios de próxima generación.
Los estudios espectrales detallados de algunas atmósferas de exoplanetas deben ir acompañados de estudios de población diseñados para revelar tendencias en las propiedades de los planetas y estudios estadísticos que nos permitan evaluar la probabilidad