Incidente en el Aire: Casi colisión de un F-22 con un UAP/OVNI sobre la base Langley-Eustis desata teorías y preocupación
Documentos revelan incursiones de drones y objetos no identificados, con un sistema de seguridad aparentemente ineficaz en una de las bases aéreas más importantes de Estados Unidos
Una reciente revelación obtenida por Liberation Times a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA) muestra que, en enero de 2024, un F-22 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) se vio obligado a desviar su ruta para evitar un “objeto no identificado” en pleno vuelo sobre la Base Conjunta Langley-Eustis, en Virginia. Este incidente, que casi terminó en colisión, se suma a una serie de incursiones inexplicadas que ocurrieron en diciembre de 2023, cuando drones no identificados sobrevolaron la misma base. Pese a las exhaustivas tecnologías de detección de drones y anti-UAS disponibles en la base, la Fuerza Aérea no ha podido identificar el origen de estos objetos ni a los operadores detrás de los drones.
Un Incidente en el Aire: ¿Qué Sucedió Realmente?
De acuerdo con el documento obtenido por Liberation Times, el 4 de enero de 2024, un avión F-22 de la Fuerza Aérea tuvo que realizar una maniobra evasiva para evitar una colisión con un objeto no identificado. Según la declaración oficial proporcionada por un portavoz de la USAF, el evento fue clasificado como un “Informe de Tráfico Aéreo Peligroso/Casi Colisión en el Aire (NMAC)” y se mencionó que el F-22 evitó el impacto tras cambiar de trayectoria. A pesar de este reporte, la USAF no ha identificado a los responsables ni el tipo exacto de dron o aeronave que ocasionó esta situación.
Al preguntarle sobre el origen o los operadores del dron o UAS (sistema aéreo no tripulado), un portavoz de la Fuerza Aérea aclaró que el informe no contenía tal información y que no se había logrado obtener detalles adicionales. A pesar de que las incursiones parecieron cesar, el reporte sugiere que podrían haber persistido más allá de diciembre de 2023.
Las Incursiones Persistentes y los Drones Inesquivos
Durante diciembre de 2023, una serie de incursiones de drones desconocidos perturbó la seguridad de la Base Conjunta Langley-Eustis. El equipo de seguridad de la base, dotado de tecnología anti-dron, intentó sin éxito interceptar estos objetos. Testigos de la base, parte del Escuadrón de Fuerzas de Seguridad 633, afirmaron que los sistemas de detección “drone buster” no lograron registrar la presencia de los drones, y otros no pudieron intervenir por la falta de visibilidad directa.
Tommy Turner, un piloto de drones y miembro del grupo de Facebook “Pilotos de Drones de Virginia”, comentó que esta serie de incidentes resulta “sospechosa”, especialmente teniendo en cuenta la sofisticada tecnología de detección de drones utilizada por las bases militares estadounidenses y otros lugares sensibles como eventos de Fórmula Uno. Turner destacó que es poco probable que los drones sobrevolaran la base sin ser detectados ni interceptados, dada la disponibilidad de tecnología para rastrear y ubicar al operador del dron, o incluso recuperar detalles técnicos como números de serie.
La Ineficacia de las Tecnologías Anti-Dron
El contraste entre las capacidades de la tecnología anti-dron en otros eventos y la ineficacia de los sistemas en la Base Langley-Eustis ha generado interrogantes. La compañía de tecnología COPTRZ, responsable de proteger un evento de Fórmula Uno en el Reino Unido, detalló cómo su tecnología permitió la detección de drones no autorizados, revelando su ubicación, ruta, velocidad e incluso el operador. Según COPTRZ, su tecnología es capaz de identificar el modelo del dron, el número de serie y los operadores mediante sistemas de detección óptica y de radiofrecuencia.
En comparación, los sistemas anti-UAS de la USAF en Langley-Eustis, como los “dronebusters”, no lograron detener las incursiones, fallando en detectar o interceptar estos drones. Esto llevó a que expertos en tecnología de drones cuestionaran la versión oficial. Brett Velicovich, asesor de la empresa de tecnología de drones Red Cat Holdings, señaló a Fox News que “deberían poder saber fácilmente qué son exactamente estos objetos”.
Un Problema Mayor: Seguridad Nacional en Riesgo
El caso ha suscitado preocupaciones sobre la vulnerabilidad del espacio aéreo restringido. Velicovich advirtió que si un adversario extranjero estuviera probando las defensas de Estados Unidos mediante estos drones no identificados, el hecho de que lograran burlar las defensas de una base tan importante enviaría un mensaje claro: la entrada en el espacio aéreo restringido podría ser más fácil de lo esperado. La situación también plantea inquietudes sobre por qué la USAF clasifica estos objetos como drones en lugar de fenómenos aéreos no identificados (UAP), sin contar con información concreta sobre sus orígenes u operadores.
En una declaración separada, un portavoz de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO) del Pentágono afirmó que la oficina no había recibido información o reportes oficiales sobre este incidente, lo que apunta a una posible desconexión en los canales de información entre la AARO y la USAF.
La Confusión en la Clasificación de UAS y UAP
La clasificación de objetos aéreos no identificados como sistemas aéreos no tripulados (UAS) en lugar de UAP ha sido cuestionada por algunos testigos y analistas. En el caso de los enjambres de objetos no identificados que acosaron a los barcos de la Armada de los EE. UU. en 2019, testigos del USS Omaha informaron que clasificar estos objetos como drones era inadecuado, ya que nunca se confirmó su identidad o procedencia. La falta de transparencia y la aparente reticencia de la Fuerza Aérea a compartir información ha complicado los intentos por aclarar la naturaleza de los incidentes sobre la base de Langley-Eustis.
Incertidumbre en el Aire y Expectativa por Respuestas
El caso de los drones y objetos no identificados sobre la Base Conjunta Langley-Eustis subraya la necesidad de un sistema de detección y respuesta más eficaz para proteger el espacio aéreo estadounidense. Si bien la USAF ha intentado contener el incidente, las persistentes incursiones de objetos desconocidos y la falta de información clara sobre su origen u operadores generan dudas sobre la capacidad de la defensa aérea en escenarios tan sensibles. A pesar de la sofisticada tecnología anti-dron en la base, la falta de resultados en estos eventos ha alimentado las sospechas entre expertos y público en general.
Este incidente refleja, una vez más, el desafío de mantener la seguridad en el espacio aéreo en tiempos de avances tecnológicos y amenazas no convencionales. A medida que nuevas interrogantes emergen sobre la naturaleza y procedencia de estos objetos, el público y los expertos esperan respuestas claras que disipen la incertidumbre y brinden una protección efectiva para el espacio aéreo restringido de Estados Unidos.