Un grupo secreto del FBI que investiga los Fenómenos Anómalos No Identificados podría ser desmantelado
En un giro inesperado, agentes del FBI pertenecientes a un grupo de trabajo secreto que investiga los Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP, por sus siglas en inglés) temen por sus empleos debido a una posible purga dentro de la agencia. La preocupación radica en que varios de estos agentes también trabajaron en casos relacionados con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, lo que los convierte en posibles objetivos de una reestructuración impulsada por la administración Trump.
Según cuatro fuentes con conocimiento del tema, el FBI ha ordenado a todos sus agentes completar un cuestionario sobre su participación en la investigación del 6 de enero, lo que ha generado inquietud entre aquellos que trabajan en la unidad UAP. Algunos de los agentes temen que esta medida sea un paso previo a su despido, lo que pondría en peligro las investigaciones sobre objetos aéreos no identificados.
Preocupación entre los expertos en seguridad y defensa
Ryan Graves, ex piloto de la Marina y director ejecutivo de Americans for Safe Aerospace, expresó su preocupación sobre el futuro del grupo de trabajo del FBI. Graves, quien ha colaborado con la unidad proporcionando testigos y datos sobre UAPs, destacó la importancia de su labor y el riesgo de que el equipo sea disuelto.
“He hablado con varios agentes del Grupo de Trabajo sobre UAP que tienen miedo de perder su función y de que la investigación se vea comprometida involuntariamente”, afirmó Graves. “Este grupo de trabajo del FBI está en una posición única para investigar los UAP debido a sus autoridades policiales y de inteligencia conjuntas. Si se les remueve, se socavaría el compromiso de la Administración Trump de esclarecer estos fenómenos”.
El grupo secreto del FBI y su papel en la investigación de OVNIs
La existencia de este grupo de trabajo no había sido revelada públicamente hasta ahora. Según Graves y otras fuentes, el equipo está compuesto por un director de programa nacional y más de una docena de agentes distribuidos por todo el país. Su labor principal consiste en rastrear, analizar y documentar avistamientos de UAP, además de entrevistar a testigos y complementar estos informes con información clasificada.
Desde hace más de un año, esta unidad ha colaborado con expertos y ha recibido información de diversas fuentes, incluyendo pilotos y exfuncionarios de inteligencia. Su trabajo se enmarca dentro de los esfuerzos más amplios del gobierno de Estados Unidos por comprender la naturaleza y el origen de los UAPs, una tarea que ha cobrado relevancia desde la desclasificación de ciertos documentos en 2017.
Un debate creciente en Washington
El interés en los fenómenos aéreos no identificados ha trascendido ideologías políticas, generando apoyo bipartidista en el Congreso. El exsenador Marco Rubio, actual Secretario de Estado, ha sido uno de los principales impulsores de investigaciones más agresivas sobre estos objetos. “Objetos avanzados que demuestran tecnología avanzada vuelan rutinariamente sobre nuestro espacio aéreo restringido o sensible, lo que representa un riesgo tanto para la seguridad del vuelo como para la seguridad nacional”, declaró Rubio en 2023.
Otros funcionarios de alto nivel, como John Ratcliffe, director de la CIA y exdirector de Inteligencia Nacional, también han advertido sobre la necesidad de investigar estos incidentes. Ratcliffe señaló en una entrevista de 2021 que hay “objetos que han sido vistos por pilotos de la Marina o la Fuerza Aérea, o en imágenes satelitales, que realizan acciones que son difíciles de explicar”.
Consecuencias de una posible purga
El desmantelamiento del grupo de trabajo sobre UAPs del FBI podría significar un retroceso en la recopilación de información crucial sobre estos fenómenos. Caison Best, ex oficial de inteligencia de las fuerzas especiales del Ejército, destacó la relevancia de la agencia en este campo. “El FBI es un componente del gobierno que está empezando a darse cuenta de lo que otras funciones del gobierno ya sabían desde hace mucho tiempo y en lo que han estado participando”, dijo Best. “Si estos agentes son el mecanismo para poner esto bajo un paraguas legal, están haciendo un trabajo increíblemente crítico”.
Por su parte, el FBI emitió un comunicado en el que evitó referirse directamente a los rumores sobre despidos, pero reafirmó su compromiso con la investigación de los UAPs cuando exista la posibilidad de una violación de la ley federal.
La incertidumbre sobre el futuro del grupo de trabajo del FBI dedicado a los UAPs plantea interrogantes sobre la continuidad de las investigaciones en curso. Con un creciente interés en estos fenómenos dentro del gobierno y la comunidad científica, la posible eliminación de este equipo podría frenar avances significativos en la comprensión de los UAPs. A medida que la administración Trump avanza en su reestructuración del FBI, el destino de estos agentes sigue siendo incierto, y con ello, la posibilidad de desentrañar uno de los mayores misterios de la seguridad aérea y nacional.